miércoles, 6 de junio de 2012

ENTENDER LA OSTEOPATÍA.
            
          El principio de la osteopatía es sencillo: "la vida es movimiento".Si algo está vivo se mueve. Es igual que giremos la cabeza, cerremos los ojos, que nuestro corazón lata o que el intestino empuje mediante movimientos peristálticos; cada una de las estructuras de nuestro cuerpo tiene movimiento aunque sea mínimamente perceptible.
          Si una estructura tiene un trastorno en su función, cambian sus movimientos. Por ello, el osteópata aplica técnicas suaves con sus manos para restaurar la movilidad correcta de la estructura y permitir que recupere su funcionalidad.
           El bebé, tras el duro parto en el cual su maravilloso cuerpo ha sido sometido a fuertes contracciones para avanzar por la pelvis hasta salir el mundo exterior, sufre tensiones en su cráneo, especialmente elástico en ese momento, así como en su columna y resto de estructuras, generando compromisos en la "movilidad" de dichas estructuras y que, de no ser tratadas, pueden acabar generando trastornos funcionales (irritabilidad, cólicos, estreñimiento...) o, más adelante, enfermedades o problemas estructurales (migrañas, asma, escoliosis...) así como impedir el desarrollo del bebé en todo su potencial.


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